La montaña no viene a mí así que yo debería de ir hacia ella, el problema es cuando sientes por respeto preguntarle a alguien si esta de acuerdo en que tu vayas a la montaña o no, entonces, cuando uno pregunta puede conseguir todo tipo de respuestas, así sean preguntas que se respondan con un simple sí o un simple no.
Si la respuesta viene a ser la deseada, que en este caso sería que puedo ir a la montaña y subirla, yo quedare satisfecho y con un camino que recorrer, como las montañas son peligrosas para subirla debo de tener un equipo de seguridad, serenidad, calma, y aparte un plan para escalar.
Ahora si la respuesta viene a ser que no, ese no puede traer consigo un montón de cosas, de las cuales uno se podría reír de lo absurdo o de lo cómico que resultaría imaginar la situación.
Mi miedo mayor no es la respuesta sino más bien hacer la pregunta, sé que por principio no debería de ir hacia la montaña, pero después de tanto esperar por fin encontré una montaña que me motiva escalar.
